¡Hola cocinillas! Hoy tengo una receta que va a dar un golpe directo a tu hambre. Nos vamos a meter en el lío de los Panqueques Gordiños 🥞 (con todo lo que eso significa). Receta aprobada por... ¿quién más? Mis tres mejores amigos (¡sí, tengo tres!). Y ahora la compartiré contigo, aunque me costó sudor y lágrimas perfeccionarla.
Ingredientes
1 y 1/4 de taza de harina SIN PREPARAR
1 cucharadita de polvo de hornear
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
1 cucharadita de sal
1 huevo
1 y 1/4 de taza de leche
2 cucharadas de mantequilla
3 cucharadas de azúcar
Arándanos a gusto
Preparación
Antes que nada, prepárate mentalmente para lo que viene. Mira tu reflejo en el espejo y grita un "AUUU" al estilo de "300". Sí, así de épico.
Primero, vamos a juntar a nuestras "blancas secas" (qué nombre más poético, ¿verdad?). En un bowl grande mezcla la harina, bicarbonato, polvo de hornear y sal. Agítalo bien y déjalo descansar por un rato.
Mete tus dos cucharadas de mantequilla en un vasito y dale un paseo de 20 segundos por el microondas. Queremos esa mantequilla bien derretida y lista para la acción.
En otro recipiente, pon el huevo y la leche. Mézclalos bien. No olvides tu mantequilla derretida, viértela en esta mezcla y sigue batiendo hasta obtener una consistencia suave. Podemos llamar a esto "la liga de los amarillos húmedos" (sí, terrible nombre, pero se queda).
Es hora de la unión épica: las "blancas secas" y "los amarillos húmedos" se mezclan hasta obtener una masa homogénea.
Agrega las 3 cucharadas de azúcar. Remuévelo bien hasta que se incorpore completamente a la masa. Y con esto, ya tenemos la base de nuestros panqueques.
Vamos a la cocina: calienta una sartén a fuego medio. Asegúrate de que sea de tamaño pequeño y añade un chorrito de aceite.
Vierte un poco de la masa en la sartén y esparce algunos arándanos sobre ella. No te asustes si desaparecen, la masa se inflará y los cubrirá.
Aquí viene la prueba de paciencia: dale tiempo a los panqueques. No subas el fuego, la base podría quemarse y el interior quedar crudo. Cuando estén dorados, dale la vuelta.
Finalmente, sirve tus hermosos panqueques y báñalos con sirope de maple, miel o azúcar derretida, lo que prefieras.
¡Et voilà! Admira tu creación y pregúntate, "¿No es hermoso lo que acabas de hacer, eh?" A disfrutar, chef!
Recuerda, #panqueques #arandanos #desayunos son las tres palabras clave para conquistar tus mañanas. ¡Hasta la próxima receta!
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